Ésta se hace con el paciente dormido o despierto, aunque las intervenciones en partes blandas como ésta son muy bien toleradas con anestesia local aún en los niños. La intervención comienza con una incisión detrás de la oreja, cerca del pliegue de encuentro entre ésta y el cráneo. El cirujano luego moldea el cartílago o reseca parte del mismo de manera de obtener la forma deseada. Ésta se mantiene con suturas permanentes o de anclaje temporario que se retiran cuando la cicatrización ha fijado la oreja en su nueva forma.

Los riesgos son mínimos. La cicatriz es imperceptible y queda detrás de la oreja. En caso que ésta sufra algún cambio, comuníquelo a su cirujano. Luego de un período de hinchazón, la forma definitiva se irá adquiriendo en forma paulatina hasta obtener el resultado final en 4 a 6 meses.